VICE (El Vicepresidente)
Disponible en iTunes
Director: Adam McKay
Quería ver esta película hace rato. Me gustó, a pesar del kitsch tan exagerado. Me llevó a pensar en esos palacios portugueses decorados de tal forma que, si uno retirara la mitad de los adornos, quedarían perfectos. No me gusta escribir para criticar así que, no obstante sus defectos, la recomiendo al 100% porque tiene mucho de bueno, inclusive de espectacular.
Cualquier persona puede llegar al poder… siempre que esté dispuesta a acatar las reglas del juego de la política, a romperlas cuando sea conveniente, y a dar rienda suelta a su ego ya convencido que es la persona idónea para gobernar un país. Esta película nos presenta cómo Dick Cheney coronó una meteórica carrera política dentro del partido Republicano en EE.UU. aplicando estas reglas con gran sagacidad desprovista de moralidad. Hombre conservador, en efecto de la ultraderecha, sin embargo, respaldó a su hija lesbiana y rehusó candidatizarse a la presidencia para evitarle ser sometida al intenso escudriñado electoral. Ya alejado de la política, el candidato George Bush hijo le ofrece la vicepresidencia. Luego, aprovechando el intelecto perezoso y el espíritu distraído de Bush, Cheney acumula un insospechado poder en la sombra, convirtiéndose en el gobernante de facto. Y en el factor decisivo en la desastrosa decisión de invadir Iraq.
Más allá de una clase sombría sobre política, y a pesar de mi ignorancia en la materia, disfruté muchísimo con esta película que fue nominada en la categoría mejor película. Me fascinó la actuación de Christian Bale, especialmente su capacidad de transformarse desde el Cheney joven hasta el viejo, actuación que a él no le rindió un Óscar, pero sí para el equipo de maquillaje. Me encantó Amy Adams como la esposa fuerte e influyente en su carrera política.
NOTA: 7,5 / 10
FLOREANA
Por: Margret Wittmer
Este libro me llegó cuando tenía 13 años. Viajamos a la isla Floreana en las Galápagos para conocer a Margarita Wittmer, ya entonces una mujer legendaria que bordeaba los 90 años. Mi papá tenía mucha ilusión de conocerla, y tuvo el gusto de recibir de sus manos un ejemplar de este libro con una dedicatoria. Lo leí nuevamente unos 30 años más tarde, y me llegó de una manera muy fuerte. Le dio sentido a mi vida, me hizo creer en recomenzar. Y, unas semanas atrás, lo repetí por tercera vez. Quedé tan fascinada que estuve soñando durante unos días en cómo convertir su historia en una película.
Margarita, su marido y su hijastro salieron de Alemania en 1932 para asentarse en Floreana, a la época una isla prácticamente deshabitada. Su objetivo era alejarse de la civilización y vivir exclusivamente de su propio trabajo, fabricando todo, inclusive su ropa, sus muebles, su jabón. Alcanzar la playa más cercana exigía una caminata de cinco horas, ejercicio muy esporádico porque pasaban muchos meses entre la llegada de un barco y el siguiente. Sin radio ni periódicos, su vida era ajena a los avatares del mundo, así como a la gran mayoría de sus comodidades. Por eso tal vez se me quedó grabada una imagen de su hijastro soñando con una tableta de chocolate…
La escritura es sencilla y franca. Wittmer no hace grandes aspavientos ni teje complejas filosofías, sino que relata su vida diaria en circunstancias supremamente desafiantes. ¡Me parece una obra fantástica!
NOTA: 9,5 / 10
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